domingo, 30 de octubre de 2011

El verdadero Tesoro


El verdadero tesoro


La niña, alegre y de dorados rizos, estaba a punto de cumplir cinco años. Mientras esperaba a que su madre pagara en la caja del supermercado descubrió un collar de perlas blancas y relucientes en una caja rosada de metal. Rogó:
—¡Mamá! ¿Me las compras? ¡Por favor…!
Rápidamente, la madre echó un vistazo al reverso de la cajita. Luego, miró a la nena que le imploraba con sus ojitos azules y la cabeza vuelta hacia arriba, y le dijo:
—Un dólar noventa y cinco. Son casi dos dólares... Si quieres el collar, tendrás que ayudar más en casa. Así ahorrarás suficiente dinero para comprarlo. Tu cumpleaños será en una semana, y puede que tu abuela te dé un billete de un dólar.
Tan pronto como Jenny llegó a casa, vació su alcancía y contó las monedas: 17 centavos. Después de la cena, ayudó más de lo habitual. Luego fue a ver a su vecina la señora McJames, y se ofreció a arrancarle las malas hierbas del jardín por diez centavos. Y el día de su cumpleaños la abuela le dio un dólar. Por fin tenía suficiente dinero para comprar el collar.
A Jenny le encantaban las perlas. Se sentía elegante y como una niña grande. Se las ponía para ir a todas partes: a la iglesia, al jardín de infancia... no se desprendía de ellas ni para dormir. Solo se las quitaba para nadar o para darse un baño de burbujas, porque su madre le dijo que si se mojaba el collar, podría ponerle el cuello verde.
El papá de Jenny era muy cariñoso. Cada noche, cuando ella tenía que irse a la cama, él dejaba lo que estuviera haciendo, y subía al cuarto de ella a leerle un cuento. Una noche, al terminar de leerle, le preguntó:
—¿Me quieres?
—Claro, papá. Tú sabes que te quiero.
—Entonces dame las perlas.
—Ay, papá. Las perlas, no. Pero te puedo dar a la Princesa, la yegua blanca de mi colección de caballitos. La que tiene la cola de color rosa. ¿Te acuerdas, papá? La que me regalaste. Es mi favorita.
—Está bien, mi cielo. Papá te quiere. Buenas noches.
Tras decir estas palabras, el papá se despidió dándole un breve beso en la mejilla.
Pasó cosa de una semana. Después de contarle un cuento, el papá de Jenny volvió a preguntarle:
—¿Me quieres?
—Sí, papá. Tú sabes que te quiero.
—Entonces dame las perlas.
—Ay, papá. Las perlas, no. Pero te puedo dar mi muñeca, la nueva, la que me regalaron en mi cumpleaños. Es preciosa, y también te daré la frazada amarilla que hace juego con su camita.
—Está bien. Que sueñes con los angelitos. Papá te quiere.
Y, como siempre, le dio un tierno beso en la mejilla.
Unas cuantas noches más tarde, cuando llegó el papá, vio a Jenny sentada en la cama con las piernas cruzadas, al estilo indio. Al acercarse, notó que le temblaba el mentón y una lágrima silenciosa le rodaba por la mejilla.
—¿Qué te pasa, Jenny? ¿Qué tienes?
Jenny no dijo nada, pero levantó su diminuta mano en dirección a su padre. Cuando la abrió, allí estaba el pequeño collar de perlas. Le temblaron un poco los labios mientras, por fin, decía:
—Toma, papá. Te lo doy.
El amable papá, con los ojos llenos de lágrimas, alargó una mano para tomar el collar de bisutería, se metió la otra en el bolsillo y, extrayendo un estuche de terciopelo azul que contenía un collar de perlas auténticas, se lo entregó a Jenny. Lo tenía desde el principio. Solo esperaba a que ella le entregara el de bisutería para cambiárselo por un verdadero tesoro.
Nuestro Padre celestial hace de forma muy parecida.
Y tú, ¿a qué te aferras? «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón». (Mateo 6:19-21,

ANTE LA TORMENTA

ANTE LA TORMENTA


Empezó a lloviznar y al poco rato los relámpagos iluminaban la ciudad entera haciendo parecer que amanecía.
Más adelante los truenos empezaron a oírse lejanos y finalmente la ciudad entera se sacudió en un ruido estrepitoso, pareciendo que la centella que zigzagueaba caería sobre nosotros.
¡Que espectáculo tan bello!
¡Que impotencia más absoluta se siente cuando se contempla la naturaleza!
Amaneció con un sol radiante y el cielo era tan azul que parecía que la tormenta hubiera lavado cuidadosamente el firmamento; era un día tranquilo, luminoso.
Esa hermosa mañana todos comentaban: "hace mucho que no veía rezar a tanta gente como anoche.
Era algo impresionante ver como oraban todas las personas ¡Que triste que necesitemos siempre en la vida de tormentas para hablarle al Padre!
Yo creo que también las tormentas del alma nos deben hacer elevar el alma a Dios.
¡ Cuántas veces somos víctimas de depresiones emocionales porque no le damos a nuestra alma el alimento de la oración!
¡ Que tremendas tormentas se desatan en el alma!
Esas son peores que las que vivimos en fenómenos atmosféricos.
Dentro de nosotros mismos tenemos las tormentas de odios, de envidias, de celos, son las centellas que destruyen la alegría de vivir.
La tormenta de esa noche me llevó a profunda meditación y me motivó a decirle:


"Señor, que no necesite mi existencia de tormentas para amarte que no necesite de centellas que me atemoricen para recurrir temeroso a Ti.
Que no sean necesarias las tinieblas para buscar tembloroso tu amorosa mano.
Que me percate de que únicamente junto a Ti puedo encontrar paz, alegría y entusiasmo...
Y que cuando me sacudan el alma las tormentas interiores, me refugie en la paz de tu amor."

La cinta azul

El curso acababa de terminar y la maestra quiso honrar a cada uno de los muchachos que iban a graduarse, hablándoles de la huella que cada uno le había dejado. Huella en ella y huella en la clase. Luego les presentó con una cinta azul en la que se leía en letras doradas: “Quién soy, deja huella”.

Terminada la ceremonia, la profesora les dio a cada uno de ellos tres cintas más, con la misión de que las fueran entregando a tres personas y, así, hacer un estudio del proyecto, en su comunidad.

Uno de los alumnos fue al despacho de un ejecutivo de una industria próxima y le premió con una cinta por haberle ayudado en la planificación de su carrera. Le colocó la cinta en la chaqueta, junto a su corazón y, a continuación, le dio dos cintas más, para que éste premiara a otras dos personas que hubieran sido importantes para él.

Ese mismo día el joven ejecutivo fue a ver a su jefe. Un hombre con reputación de amargado, antipático y huraño. Le dijo que le admiraba por poseer el genio creativo más grande que jamás conoció. El jefe, que no se relacionaba con ninguno de sus empleados más que profesionalmente, quedó muy sorprendido por el gesto. Jamás se hubiera esperado algo así de un joven del que, apenas, se había percatado. La cinta azul fue colocada en su pecho y el empleado le preguntó a su jefe si querría entregar la tercera cinta a alguien especial… 

El hombre aceptó.
Al llegar a su casa, se sentó con su hijo de 14 años y le dijo:

“Hoy me pasó algo increíble. Estaba en mi oficina y vino uno de mis empleados. Me dijo que me admiraba por ser un genio creativo, ¿te lo puedes creer?, y me puso esta cinta azul.
Me dio otra cinta  para que encontrara a alguien a quien premiar… Venía de camino a casa pensando en tan maña tarea y pensando y pensando...  te quiero premiar a ti…
Mis días son muy difíciles en el trabajo, tengo mucha tensión, te grito por traer malas notas o por tener desordenada tu habitación y, en ocasiones, no te presto la atención necesaria… Esta noche solo quería sentarme contigo para hacerte saber que tú me importas. Eres un gran muchacho, y junto con tu madre, la persona más importante de mi vida y te quiero”.



El joven sorprendido comenzó a sollozar. Su cuerpo entero comenzó a temblar... Un nudo se le formó en la garganta. Casi sin poder hablar miró a su padre y le dijo:

“Papá hace un rato subí a mi habitación y les escribí una carta a ti y a mamá. En ella les explicaba por qué me había quitado la vida y les pedía perdón por haberles causado ese dolor.
Iba a desaparecer porque pensaba que yo no les importaba… La carta está arriba pero, creo, que no la voy a necesitar ya…”.

El jefe volvió al trabajo con la lección de vida bien aprendida y desde ese día hizo saber a todos los que le rodeaban, lo importantes que eran para él y la importante huella que, cada uno, le habían dejado…

Por eso, hoy, les entrego a cada uno de los que estan ahí tres cintas azules… 



 Y un tema sobre el que pensar...

domingo, 2 de octubre de 2011

LA MESITA DE LA ABUELA

   LA MESITA DE LA ABUELA



Una señora que había vivido toda la vida con su marido quedó viuda cuando estaba próxima a cumplir los ochenta años. Sus hijos, que desde hacía tiempo se habían independizado y tenían cada uno su propia familia, se reunieron para decidir qué hacer. Todos estaban de acuerdo en que no podían dejarla sola, pero ninguno quería llevarla a vivir a su casa. La idea de llevarla a un hogar de ancianos también fue descartada, pues todos alegaron no contar con el dinero suficiente para pagar las mensualidades. Ya estaban a punto de pelearse, cuando intervino la nieta preferida de la señora, una encantadora niñita de cuatro años, hija menor de los hijos, y dijo que ella quería que su abuelita se fuera a vivir a su casa. Ninguno se atrevió a decir que no, pues la niña era la adoración de toda la familia, y además la abuela estaba presente cuando la pequeña hizo su ofrecimiento.
De modo que los padres de la niña no tuvieron más remedio que llevarse a vivir a la abuela con ellos. Desde la muerte de su esposo el ánimo de la señora había decaído mucho y su salud había empezado a deteriorarse rápidamente. No veía ni oía bien, y las manos le temblaban continuamente. Su hijo y su nuera no le tenían la más mínima paciencia, y a todo momento la regañaban y hacían sentir torpe e inútil. Con frecuencia le gritaban, y a veces incluso la tomaban de los hombros y la sacudían, reprochándole sus achaques. La falta de consideración por la señora llegó a su punto máximo cuando decidieron instalarle una mesita en un rincón del comedor, para no tener que verla temblequeando y dejando caer gotas de sopa o granos de arroz sobre el mantel.
Un día, al llegar del trabajo, el padre encontró a su hija tratando de construir algo con sus bloques de madera de juguete. Cuando le preguntó qué estaba haciendo, la niña le contestó inocentemente:
-Estoy construyendo una mesita para que tú y mamá coman cuando estén viejos.
Al oír a su hija hablar así, al hombre se le encogió el corazón y corrió a contarle a su esposa, con lágrimas en los ojos, lo que la niña acababa de decir.
Desde entonces la abuela volvió a tener su lugar en la mesa, y fue tratada por su hijo y su nuera con el respeto que se merecía.
                          



 "Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas"
Jean-Jaques Rousseau


AMIGO SENCILLO VS AMIGO VERDADERO

AMIGO SENCILLO VS AMIGO VERDADERO

Un amigo SENCILLO nunca te ha visto llorar.
Un amigo VERDADERO tiene los hombros húmedos por causa de tus lágrimas.

Un amigo SENCILLO no conoce los nombres de tus padres.
Un amigo VERDADERO tiene sus números de teléfono en su libreta de direcciones.

Un amigo SENCILLO trae una botella de vino a tu fiesta.
Un amigo VERDADERO llega temprano para ayudarte a cocinar y se queda hasta tarde para ayudarte a limpiar.

Un amigo SENCILLO odia cuando le llamas después de haberse acostado.
Un amigo VERDADERO te pregunta por qué te tardaste tanto en llamar.

Un amigo SENCILLO procura hablar contigo acerca de tus problemas.
Un amigo VERDADERO procura ayudarte con tus problemas.

Un amigo SENCILLO se imagina tu vida romántica.
Un amigo VERDADERO podría chantajearte con ella.

Un amigo SENCILLO, al visitarte, actúa como un invitado.
Un amigo VERDADERO abre el refrigerador y toma lo que necesita.

Un amigo SENCILLO piensa que ha terminado la amistad después de un argumento.
Un amigo VERDADERO sabe que no tienen una amistad sino hasta después de haber tenido una pelea.

Un amigo SENCILLO espera que siempre estés ahí para Él o ella.
Un amigo VERDADERO siempre estará ahí para ti.

¿Quién es un verdadero amigo?

¿Quién es un verdadero amigo?



En un frente de batalla, en la guerra, un soldado le dice a su Teniente:
-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla Señor. Solicito permiso para ir a buscarlo.
-Permiso denegado -replicó el oficial- No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regreso mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso: ¡Ya le dije yo que había muerto!!! ¿ Dígame, merecía la pena ir allá para traer un cadáver? Y el soldado moribundo, respondió:
-Claro que sí Señor. Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:- ¡"Estaba seguro que vendrías".
"Un Amigo es aquel que llega, cuando todo el mundo se ha ido".

El Saco de Plumas

El Saco de Plumas



Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. 
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", 
a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas". 
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".

ENTREVISTA CON DIOS

ENTREVISTA CON DIOS

Con mi título de periodista recién obtenido, decidí realizar una Gran entrevista, y mi deseo fue concedido permitiéndoseme una reunión con DIOS!!!

-"Pasa" me dijo  Dios? "Así que quieres entrevistarme?"
-"Bueno", le conteste, "Si  tienes tiempo..."
Se sonrió por entre la barba y dijo:
-"Mi tiempo se llama  eternidad y alcanza para todo."
Que preguntas quieres  hacerme?
-"Ninguna nueva, ni difícil para  ti:?
Que es lo que más te sorprende de los hombres?"
Y dijo:
"Que se aburren de ser  niños, apurados por crecer, y luego suspiran por ser niños".
"Que primero pierden la salud para tener dinero y acto seguido, pierden el
dinero para recuperar la salud".
"Que  por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo
que ni viven el presente ni el futuro".
"Que viven como si no  fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido".
Y pensar que YO..., con los ojos llenos de lagrimas y la voz entrecortada
dejó de hablar. Sus  manos tomaron fuertemente las mías y seguimos en
silencio. Después de un largo tiempo y para cortar el clima, le dije:
"Me dejas hacerte otra  pregunta?"
No me respondió con palabras, sino solo con su tierna mirada.
Como Padre: "Que es lo que le pedirías a tus hijos?"
"Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame. Lo que pueden hacer es dejarse amar"
"Que aprendan  que toma años construir la confianza y solo segundos para destruirla"
"Que lo más valioso no es lo que  tienen en sus vidas, sino A QUIEN tienen en sus  vidas"
"Que aprendan que no es bueno compararse con los demás; pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos"
"Que  rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita"
"Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes los controlaran"
"Que bastan  unos pocos segundos para producir heridas profundas en las personas que amamos, y que pueden tardar muchos años en ser sanadas"
"Que aprendan que a perdonar se aprende practicando"
"Que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben como demostrarlo"
"Que aprendan que el dinero lo compra  todo menos la felicidad"
"Que los grandes sueños no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos"
"Que los amigos de verdad son tan escasos, que quien ha encontrado uno ha encontrado un verdadero tesoro
Que no siempre es suficiente ser perdonado por otros, algunas veces deben perdonarse a si mismos"
"Que aprendan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen"
"Que de lo que siembra, cosechan; si siembran chismes, cosecharan intrigas. Si siembran amor, cosecharan felicidad"
"Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas, sino aprender a ser feliz con lo que tienen
"Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de sus decisiones"
"Ellos deciden ser  felices con lo que son y tienen, o morir de envidia y celos por los que les falta y carecen" "Que dos personas pueden mirar una misma cosa  y ver algo totalmente diferente"
"Que sin importar las  consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos, llegan lejos en la vida"
"Que a pesar de que piensen que no tienen nada más que dar, cuando un amigo llora con ellos, encuentran la fortaleza  para vencer sus dolores"
"Que retener a la fuerza a las personas que aman, las aleja mas rápidamente de ellos, o que al dejarlas ir, las deja para siempre a su lado"
"Que a pesar de que la  palabra amor puede tener muchos significados distintos, pierde valor cuando es usada en exceso"
"Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos, el quererlo exige todo, el amor lo  entrega todo"
"Que nunca harán nada tan grande para que los ame más, ni nada tan malo para que los ame menos.
Simplemente, los amo a pesar de sus conductas"
"Que aprendan que la distancia más lejos que pueden estar de mí, es la distancia de una simple oración..."

Y así, en un encuentro profundo, tomados de la mano, continuamos en silencio... Será posible que alguna vez  aprendamos?
Bueno si.... pero, no es gratis.

¡Mañana puede ser muy tarde!

     ¡Mañana puede ser muy tarde!

   Había una vez un chico que nació con cáncer. Un cáncer que no tenía cura.
Diesisiete años y podía morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su  madre. Ya estaba cansado y decidió salir solo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella acepto. Caminando por su cuadra vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música, al ver el aparador, noto la presencia de
una muchacha de su edad. ¡Amor a primera vista!
        Tartamudeando le dijo:
- " Si, eeehh, uuhhh... me gustaría comprar un disco compacto".
        Sin pensar; tomó el primero que vio y le dio el dinero.
- "¿Quieres que te lo envuelva?"- Preguntó la joven, sonriendo de nuevo...
        El respondió que si  y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. Lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visitó la tienda todos los días para comprar un disco compacto. Siempre se los envolvía la joven, para luego llevárselos a su casa y meterlos al armario. El era
muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se atreviera a invitarla a salir, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Abrió la puerta y entró sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se encontraba. Lo miro y le dijo sonriente:
- "¿Te puedo ayudar en algo?".
        Mientras él pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida. Sintió el deseo de besarla en ese mismo instante. Como todos los días compró otra vez un disco compacto y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo... El tomó el disco compacto; y mientras ella no estaba viendo,  rápidamente dejó su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda.
        ¡¡¡¡¡Ring!!!!! Su mamá contesto: "¿Bueno?".
        ¡Era la chica! Preguntó por su hijo y la madre, comenzó a llorar...
- "Murió ayer". Le dijo.
        Hubo un silencio prolongado, cortado por los lamentos de su madre. Mas tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para recordarlo.  Abrió el armario y en vez de encontrar la ropa, lo primero que encontró eran un montón de discos compactos envueltos. Ninguno estaba abierto. Tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo, al abrirlo, un  pedazo de papel salió de la caja plastica. Decía: ¡¡Hola!!, ¿Quieres salir conmigo? TQM... Sofía.
        Al ver esto, la madre empezó a abrir uno y otro, y en cada disco compacto había un papel igual...
        Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que
sientes. Díselo hoy. ¡Mañana puede ser muy tarde!

sábado, 1 de octubre de 2011

EL SECRETO PARA SER FELIZ

EL SECRETO PARA SER FELIZ


        Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.  Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. "Por que no me enseñas que debo hacer para conseguirlo?". El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñare el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".
        El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.
        El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta.
        El tercer paso, es que debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si
piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
        El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
        El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tu perdona y olvida.
        El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
        El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
        Y por ultimo, “levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices...".

El tiempo

El tiempo
 
Para darse cuenta del valor de un año: preguntarle a un estudiante que ha fallado en un examen final. Para darse cuenta del valor de un mes: preguntarle a una madre que ha dado a luz a un bebe prematuro. Para darse cuenta del valor de una semana: preguntarle al editor de un diario semanal. Para darse cuenta del valor de una hora: preguntarle a amantes que esperan para verse. Para darse cuenta del valor de un minuto: preguntarle a una persona que ha perdido el tren, el omnibus o el avión. Para darse cuenta del valor de un segundo: preguntarle a una persona que ha sobrevivido de un accidente. Para darse cuenta del valor de un milisegundo: preguntarle a la persona que ha ganado una medalla de plata en las olimpiadas.

        El tiempo no espera para ninguno Atesora cada momento que tengas.
Lo atesoraras más cuando puedas compartirlo con alguien especial.

Para reflexionar un poquito

Para reflexionar un poquito...
 
        ¿No te parece extraño como un billete de $100 "parece" tan grande cuando lo llevas a la iglesia, pero tan pequeño cuando lo llevas a las tiendas? ¿No te parece extraño cuan larga parece una hora cuando servimos a Dios, pero muy corta cuando un equipo juega baloncesto por 60 minutos? ¿No te parece extraño que largas parecen dos horas cuando estas en la iglesia, pero que cortas son cuando estas viendo una película  ¿No te parece extraño que no puedes pensar en algo que decir  cuando oras,  pero no tienes ninguna dificultad en pensar cosas de que platicar con un amigo? ¿No te parece extraño cuanto nos emocionamos cuando un juego de béisbol se extiende a extra-innings, pero nos quejamos cuando un sermón es más largo que lo usual? ¿No te parece extraño lo difícil que es leer un capitulo de la Biblia, pero que fácil es leer 100 páginas de una novela popular? ¿No te parece extraño como las personas desean los asientos del frente en cualquier juego o concierto, pero hasta se esfuerzan para buscar asientos de atrás en los servicios de la iglesia? ¿No te parece extraño que necesitemos 2 o 3 semanas de aviso para incluir un evento de la iglesia en nuestra agenda, pero podemos ajustar nuestra agenda para otros eventos en el último momento? ¿No te parece extraño lo difícil que es aprender una verdad simple del evangelio para compartirla con otros, pero que fácil es para las mismas personas entender y repetir un chisme? ¿No te parece extraño como creemos lo que dicen los periódicos,  pero cuestionamos lo que dice la Biblia? ¿No te parece extraño que todos quieran ir al cielo, siempre y cuando no tengan que creer, o pensar, o decir, o hacer alguna cosa? ¿No te parece extraño como podemos enviar miles de chistes por correo electrónico y se esparcen como reguero de pólvora  pero cuando empezamos a enviar mensajes acerca de Dios, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos con otros?
 
ES EXTRAÑO, ¿NO TE PARECE?