domingo, 2 de octubre de 2011

¡Mañana puede ser muy tarde!

     ¡Mañana puede ser muy tarde!

   Había una vez un chico que nació con cáncer. Un cáncer que no tenía cura.
Diesisiete años y podía morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su  madre. Ya estaba cansado y decidió salir solo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella acepto. Caminando por su cuadra vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música, al ver el aparador, noto la presencia de
una muchacha de su edad. ¡Amor a primera vista!
        Tartamudeando le dijo:
- " Si, eeehh, uuhhh... me gustaría comprar un disco compacto".
        Sin pensar; tomó el primero que vio y le dio el dinero.
- "¿Quieres que te lo envuelva?"- Preguntó la joven, sonriendo de nuevo...
        El respondió que si  y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. Lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visitó la tienda todos los días para comprar un disco compacto. Siempre se los envolvía la joven, para luego llevárselos a su casa y meterlos al armario. El era
muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se atreviera a invitarla a salir, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Abrió la puerta y entró sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se encontraba. Lo miro y le dijo sonriente:
- "¿Te puedo ayudar en algo?".
        Mientras él pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida. Sintió el deseo de besarla en ese mismo instante. Como todos los días compró otra vez un disco compacto y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo... El tomó el disco compacto; y mientras ella no estaba viendo,  rápidamente dejó su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda.
        ¡¡¡¡¡Ring!!!!! Su mamá contesto: "¿Bueno?".
        ¡Era la chica! Preguntó por su hijo y la madre, comenzó a llorar...
- "Murió ayer". Le dijo.
        Hubo un silencio prolongado, cortado por los lamentos de su madre. Mas tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para recordarlo.  Abrió el armario y en vez de encontrar la ropa, lo primero que encontró eran un montón de discos compactos envueltos. Ninguno estaba abierto. Tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo, al abrirlo, un  pedazo de papel salió de la caja plastica. Decía: ¡¡Hola!!, ¿Quieres salir conmigo? TQM... Sofía.
        Al ver esto, la madre empezó a abrir uno y otro, y en cada disco compacto había un papel igual...
        Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que
sientes. Díselo hoy. ¡Mañana puede ser muy tarde!

No hay comentarios:

Publicar un comentario